Infobae tuvo acceso a las dos necropsias realizadas a Juan Carlos Rojas, que fue encontrado sin vida en su casa de la capital de la provincia en diciembre de 2022.
“Ahora sabemos que papá no se cayó, que no se desmayó ni tuvo un infarto. Papá fue brutalmente golpeado, lo tuvieron de rodillas y lo golpearon, le reventaron el rostro, la boca, le reventaron un ojo, lo tuvieron de rodillas y así lo ultimaron rompiéndole la base del cráneo, le hicieron una abertura de extremo a extremo, lo arrastraron y lo tiraron en el patio. Luego limpiaron la escena, rompieron y dejaron todo tirado”. Con esa frase, los hijos de Juan Carlos Rojas, quien fuera ministro de Desarrollo Social de Catamarca al momento del crimen, provocaron conmoción político-judicial en la provincia gobernada por Raúl Jalil.
Rojas -también Secretario General de la UTHGRA- había sido hallado muerto por su hijo Fernando en el piso del patio de su casa, como resultado de un aparente accidente casero.
Las sospechas sobre un presunto encubrimiento o la intención de disfrazar un crimen como un accidente comenzaron con la primera autopsia, realizada el 4 de diciembre de 2022, a las 19.15, en la camilla de operaciones de la Sala 01 de la Morgue Judicial de la capital catamarqueña por Daniela Miranda, asistida por Ricardo Tapia,de Cuerpo Interdisciplinario Forense, con la presencia de la perito de parte Marina Laura Andrada.
En el documento, al que tuvo acceso Infobae, se describe el estado del cuerpo de Rojas, de 73 años de edad. “Se encuentra con el torso desnudo, vestido con un calzoncillo (tipo short) de color oscuro y líneas de colores marrón, celeste y beige”. Luego de hacer constar que “se aguarda la realización de la operación tanatológica por parte del personal especializado”, se da por concluida la necropsia a las 21.50. Miranda, entonces, informó la causa de muerte: “Traumatismo craneoencefálico y hematoma subdural”.
Para muestras, se realizó la toma de extracciones de humor vítreo, orina, contenido gástrico, cerebro, hígado, sangre y pulmón. Sin más detalles, los forenses refirieron que el informe médico completo se remitirá a la sede de la fiscalía de Instrucción interviniente, en este caso, a cargo deLaureano Palacios.
La médica a cargo de la autopsia anotó múltiples escoriaciones en un informe posterior, pero ante el escenario de una supuesta muerte natural, el fiscal Laureano ya había decidido entregar el cuerpo a la familia para su velatorio e inhumación. Natalia Rojas, hija del ex ministro, firmó el acta en el que se informaba la causa de muerte “sin tener nada que objetar”.
Poco más de 24 horas más tarde se realizó una segunda autopsia: a las 19.50 del 5 de diciembre, el cuerpo del ex funcionario fue trasladado a la camilla de la Sala 02 de la Morgue Judicial, por orden del fiscal, “a los fines de determinar causales fehacientes de muerte y todo otro dato de interés que pudiera ser útil a la investigación”.
En esta oportunidad, Tapia volvió a cumplir su función como eviscerador, pero Miranda quedó afuera. La reemplazó el médico Sebastián Vega, quien también fue asistido por Lucrecia de Marcos y Silvina Salguero. Como peritos de parte, participaron Miguel Sanna y Mario Rolando Nassar.
Rojas, ahora, llevaba una camisa blanca, un pantalón de vestir oscuro, medias y zapatos oscuros. La familia planeaba velarlo cuando comenzaron las dudas sobre las causas de su fallecimiento.
La nueva autopsia finalizó a las 20.50 con un sutil cambio. Los médicos establecieron como causa de muerte un “traumatismo de craneoencefálico grave con hematoma subdural”. Ese “grave” puso la hipótesis del homicidio sobre la mesa.
Se extrajeron nuevas muestras de piel de las siguientes lesiones: excoriación lumbar, equimosis codo derecho, equimosis de hipocondrio derecho, excoriación hombro derecho, excoriación rodilla derecha, excoriación codo derecho cara interna, equimosis rodilla izquierda cara interna, excoriación muñeca izquierda, equimosis párpado izquierdo, excoriación mejilla izquierda, excoriación arco supraciliar derecho.
También se extrajo parte de la región frontal del cerebro, de ambos hemisferios y piel de la región occipital de cuero cabelludo. En las conclusiones complementarias, los peritos anotaron sobre la causa de muerte: “Traumatismo craneocenfálico grave con fractura bilateral y hematoma subdural frontal bilateral”.
Y las conclusiones médico-legales que están fechadas en el 6 de diciembre, anotaron, por primera vez, la hipótesis del asesinato: “De a cuerdo a las lesiones observadas, consideramos como altamente probable que la víctima sufrió un fuerte traumatismo en la región occipital, compatible con agresión con elemento contuso sin filo, con producción de hematoma subdural frontal bilateral por caída hacia adelante e impacto frontal contra el piso”.
Es decir, que a Rojas le habrían pegado detrás de la cabeza y que ese golpe provocó que cayera hacia el piso de frente. En pocas palabras: fue víctima de un cruento homicidio.
“Existen lesiones en miembros superiores e inferiores de aspecto vital que sugiere la existencia de traumatismos contusos y de fricción de rodilla y codos contra superficie rugosa. La lesión orbicular izquierda es compatible con traumatismo con elemento contuso”, agregaron sobre las múltiples lesiones que evidenciarían golpes y arrastre.
Por último, ubicaron la data de muerte entre 48 y 60 horas previas.
Días más tarde, el 13 de diciembre pasado, se adjuntaron en la causa los resultados del área de anatomía patológica forense, a cargo de Sergio Andrada, quien analizó las muestras de piel en los sectores del cuerpo donde se registraron las lesiones, para determinar si fueron en vida y post mortem. “Condicen con hecho de violencia traumática”, concluyó Andrada.
Fuente: infobae